AFP


La Policía Federal (PF) de Brasil pidió el miércoles a la corte suprema investigar al presidente Michel Temer por corrupción pasiva y lavado de dinero, en una causa que podría derivar en una tercera denuncia formal y en la eventual destitución del mandatario conservador.

Temer rechazó de inmediato en un comunicado las conclusiones de una investigación que a sus ojos constituye "un atentado a la lógica" y demuestra una voluntad de "persecución".

Según filtraciones del portal G1, el informe del comisario Thiago Delabary sostiene que Temer recibió en marzo de 2014 un total 1,438 millones de reales (610.000 dólares al cambio promedio de ese año), procedentes de solicitaciones de Moreira Franco, el actual ministro de Minas y Energía, a la constructora Odebrecht, cuyas redes de corrupción se extendieron por varios países de América Latina.

La causa investiga el pago de 10 millones de reales por Odebrecht al MDB, el partido de Temer, para la campaña electoral de 2014, en la cual se presentó como vicepresidente de la izquierdista Dilma Rousseff (destituida en 2016 por el Congreso).

La investigación se originó en delaciones de un ejecutivo de la constructora. Odebrecht fue una de las principales implicadas en la Operación Lava Jato, que descubrió un enorme sistema de sobornos pagados por constructoras a políticos y partidos de casi todo el arco parlamentario para obtener contratos en Petrobras.

La Fiscalía General de la República (PGR) debe decidir ahora si denuncia a Temer por tercera vez.

Las dos primeras denuncias, en 2017, fueron bloqueadas por la Cámara de Diputados, única autorizada a habilitar una investigación de la corte suprema sobre el jefe del Ejecutivo. En caso de autorización de la pesquisa, Temer hubiera sido separado provisoriamente de su cargo.

Una de esas denuncias era por corrupción pasiva y otra por obstrucción a la justicia y formación de organización criminal, en ambos casos relacionadas con confesiones de los jefes del gigante de la alimentación JBS.

Otra causa investiga si Temer recibió sobornos para prolongar ciertas concesiones portuarias.

Temer, el más impopular de los presidentes brasileños desde la restauración de la democracia en 1985, perderá su inmunidad el próximo 1º de enero, cuando entregue el bastón de mando al ganador de las elecciones de octubre.